EL PODER DE LA MÚSICA EN MIS EMOCIONES
El poder de la música en mis emociones.
Desde que tengo memoria, la música ha sido mi refugio, una especie de consuelo cuando las palabras no alcanzan a expresar lo que siento. Como, mis emociones adolescentes pueden ser intensas ya veces difíciles de comprender, pero la música siempre me ha ayudado a navegar por ellas. Desde canciones alegres que me levantan el ánimo hasta baladas tristes que me acompañan en mis momentos más difíciles, la música es una constante en mi vida, una especie de compañera invisible.
Hay días en los que todo parece abrumador: las expectativas académicas, las amistades complicadas, las dudas sobre el futuro. En esos momentos, me pongo mis auriculares, ciero los ojos y dejo que las melodías me envuelvan. No importa si es pop, rock o incluso música clásica; cada género tiene su forma de tocar una parte de mi alma. Las letras de las canciones parecen decir lo que no soy capaz de articular y las notas me calman cuando todo a mi alrededor parece
Recuerdo un día particularmente complicado en la escuela, cuando me sentí completamente abrumada. Me encerré en mi cuarto y empecé a escuchar una de mis canciones favoritas. Al principio, solo quería distraerme, pero a medida que la música avanzaba, me sentí comprendida de una manera que ninguna conversación podría haber logrado. Las lágrimas que había estado reteniendo empezaron a fluir, y con ellas, la tensión que había estado acumulando durante todo el día. Fue como si la música me permitiera liberar todas esas emociones atrapadas. Después de esa experiencia, me di cuenta de que la música no solo me ayuda a sentir, sino que también me permite.
Además de ser una válvula de escape emocional, la música también me inspira. Cuando escucho canciones sobre superación o sobre la lucha por los sueños, me siento motivada a seguir adelante, a no rendirme. Artistas que han compartido sus propias luchas a través de la música me recuerdan que no estoy sola en mis propios desafíos. A veces me siento desanimada con mis metas, como cuando me pongo a pensar en lo difícil que será estudiar medicina, pero una buena canción siempre me recuerda que los obstáculos son parte del camino y que el esfuerzo.
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